Me quiebro
tengo los dedos mojados
helados, inquietos,
desiertos
Me tiemblo
de no respirarte
beberte, arrastrarte conmigo a palmas abiertas
sobre mi cuerpo de huecos y huesos
y besos
abriendo en tu boca
mi desbocada conciencia
mis labios doblados
resecos, quemados
pegados al tobogán de tu sal
Me caigo, me quiebro
me tiemblo
me pierdo
me sepulto en tu agua
Voz, manos, pies
identidad de cemento
Te peso y levito
Y adios
abandonar un gemido en tus nalgas
Y borrar hasta mi olor de tu sombra
Dejar de existir
para ver abarrotada la oscuridad con tus piernas
para verte morder la noche espesa
en el desamparo del límite
en la acre soledad de la espera
-me seguirás la huella si acaso respiro
mientras dibujo un trazo de sabor en tu espalda-
Me abro me incendio
me derramo de hambre sediento
vuelvo
te arraso desciendo me escapo
me resbalo en tu alma
me caigo me pierdo me quiebro
me tiemblo
tu inmensidad me estalla
Me muero un milenio
-Nada-
Alrededor
ni siquiera se ha movido de lugar
la madrugada.
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