lunes, 28 de mayo de 2007

de trenes y barcos








Hola a todos! me parece que la puerta del camarote se trabó, porque recién ahora pude salir y enterarme de las tareas de pasajeros... Y ni siquiera vi todavía los objetos encontrados! Será mejor que me apure porque no quiero eso de que me bajen "amablemente" en la siguiente estación...
Recuerdos de trenes, montones, la familia de mis padres vivía en Corrientes (un pueblito chiquito llamado La Cruz) y hacia allí marchábamos cada verano. 24 horas tardaba el tren en llegar! Y como no existía el Puente Zárate Brazo Largo, me maravillaba el momento -que para los mayores era eterno- de desenganchar todos los vagones, uno por uno, para acomodarlos en el "ferry", y ahí el viaje en tren se convertía en viaje en barco... Magia.
Y adentro, una cosa era ir para Corrientes y otra era volver... de ida la fascinante ceremonia del vagón comedor..., la vuelta... ¿qué hacer con TODO el "avío" (alimentos y etcéteras) que mi abuela preparaba como si el viaje durara un mes?
Y hablando de abuelos, él trabajaba en el ferrocarril, que estaba a dos cuadras de la casa, y cada tarde a las seis en punto, lo veía pasar maniobrando la zorra, para a los pocos minutos observarlo en su regreso al hogar, cargando un durmiente al hombro! Sansón, para mí... que también me preguntaba qué pasaría con las vías si mi abuelo seguía trayendo durmientes para la cocina a leña...
En fin... hay muchos, pero muchos, más recuerdos, y esto es una presentación, no? En verdad contenta de estar de nuevo en un tren y que el viaje dure semanas, sueño de mi infancia si los hubo...

3 comentarios:

Diana F. Zalazar dijo...

Encantadora tu presentación. Por otra parte me llama la atención cómo en una gran mayoría nos acordamos de nuestra infancia ligada a los trenes. Es un placer seguir compartiendo el viaje con historias tan entrañables.
Diana

Luis Morales Torres dijo...

Hay cosas de tu relato, como la fascinación con la maniobra en el ferry, que deben ser universales... ¿qué chico no se deslumbraría por algo así? El sólo hecho de pensar en un tren viajando en barco suena, de por sí, maravilloso.
Me acuerdo cuando, de chico (para darle la razón a Diana), veía pasar las zorras por la esquina de mi casa (nunca me había preguntado hasta hoy por qué no las veo pasar más) y fantaseaba con hacer un trayecto, por mínimo que fuera, en esa suerte de "tren personal".
La verdad es que envidio que estés haciendo este viaje en la "zorra", cumpliendo mi fantasía infantil, aunque con este frío no creo que sea una experiencia "tan" grata; cuando te canses (o te "achuches"), te convido un café en el salón comedor.

Alcira dijo...

Hola Sil:
Te cuento que te guarde agunas cosas no te preocupes que las vas a poder tener algo, te digo que los pasajeros que se enteraron se tiraron arriba de los objetos pero antes te guarde algunos.
Muy bueno tu blog. Nos vemos en el pasillo o por ahí, el tren es largo y seguro que nos encontramos, o quizas en la otra parada, que como hace mucho frío no estoy saliendo del camarote, pero salgo en las paradas para ver que hay y luego me voy nuevamente al camarote calentita.
Saludos de Al