martes, 15 de enero de 2008

No florecimos



La luz anclaba sus jirones

en los bordes

rebelados de tu boca

te excedía un océano

de parálisis

y nos ahogamos

yo en la curva

maniatada de tu lágrima

esa rabiosa desconocida

que me alejaba

al rincón de todos los oscuros

y los nadies

vos en mi cobarde observación

de angustias que se clavan

en las tierras

de mi errante sed de almas

No florecimos

Y desde entonces

arrastro mis ojos arados

tras la semilla de tu llanto

que dejé llevar al indolente

opaco, inoportuno,

indiferente

terreno de los rostros olvidados

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